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HUMO

Todos sabemos que las cosas a la brasa saben mejor y los mixólogos no son ajenos a esta afirmación. Los grandes bartenders, que siempre andan ideando nuevos modos para realzar los sabores de sus mezclas, han estado dándole vueltas al asunto hasta conseguir implementar esto en sus creaciones. Uno de estos últimos descubrimientos que ya son tendencia es el cóctel ahumado. Te mostramos algunas de las técnicas más relevantes y novedosas para aportar un punto extra de originalidad y una manera de resaltar los matices de tus bebidas al tiempo que las dotas de complejidad, riqueza y profundidad. Así que tranquilo, si ves humo detrás de la barra, ¡no llames a los bomberos!

LAS MANERAS IMPORTAN

Existen muchas formas de conseguir el ahumado. La más sencilla y rápida es ideal para sacarte de un apuro. Se trata de utilizar un elemento que ya contenga este sabor como un scotch, ese whisky con un aroma tan característico de turba yodada. Los más arriesgados pueden probar con el mezcal, el licor mexicano a base de corazones de ágave ahumados. Pero si lo tuyo es la extravagancia, puedes probar con elementos culinarios como tiras de carne deshidratada y adobada (difíciles de encontrar en España) o tiras de bacon muy crujientes a modo de mezclador; pimentón o chipotle (ideal para margaritas y Bloody Merys). O simplemente, añade unas gotas de humo líquido a la copa.

"Infunde humo a las bebidas para un toque más personal"

PISTOLETAZO DE SALIDA

Si, por el contrario, tienes tiempo y estás pensando en introducir los ahumados como algo habitual en la carta, lo primero que necesitas, aparte de imaginación y de estas nociones, es una pistola para ahumar. Nogal, manzano, roble o cerezo son algunas de las maderas que tenemos para elegir.

Para imprimir estos toques, podemos optar entre diversas alternativas. Para empezar, impregna de humo el interior de la copa, para ello echa el humo dentro y vuélcala en una superficie plana durante dos o tres minutos mientras preparas la mezcla. Sírvela inmediatamente con el recipiente todavía humeante.

Otra manera es infundir el humo directamente al trago. Cuando hayas terminado de preparar el cóctel, cubre la coctelera con un plástico, mete el tubo de la pistola y ¡dispara! Una vez que hayamos echado la cantidad de humo deseada, retira rápidamente el tubo y tapa todo durante tres o cuatro minutos, descubre y mezcla con una cuchara. Repite hasta conseguir el grado de ahumado que desees.

Si por el contrario lo que prefieres es transferir tan sólo una nota de humo más sobria y elegante, hazlo a través del hielo. Coloca los cubitos en una bandeja honda y cúbrelos, a continuación ahúmalos hasta que se fundan y luego vuelve a poner el agua en la nevera para congelarla de nuevo et voilà! Todo listo para preparar unas bebidas únicas.

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